Durante años, se sospechaba que el litoral y los ambientes marinos de los pueblos de Galera, Estero de Plátano, Quingue y San Francisco, ubicados en la parte sur de la provincia de Esmeraldas, tenían una diversidad biológica comparable a la de las Islas Galápagos. Esta sospecha se confirmó en 2008 tras años de trabajo por parte de diversas entidades. Como resultado de este trabajo y la participación activa de la comunidad local, fue declarada la primera reserva marina continental del Ecuador.